¿Qué se requiere para un proyecto turístico sustentable?

Por Erika Vilfort*
Por Erika Vilfort*

*Consultora en Reputación y ESG I Opinión Impulso Empresas2030

México es uno de los países más biodiversos del mundo, lo cual hace aún más sorprendente que ninguna de sus ciudades figure en el Índice de Destinos Globales Sustentables (Global Destination Sustainability Index), donde destacan lugares como Helsinki o Montreal.

Antes que nada, un proyecto de turismo sustentable no puede promover un destino que se encuentre en riesgo ambiental. Para consagrar un lugar como destino verde, es indispensable que su conservación esté garantizada: el turismo no debe socavar el entorno que lo hace atractivo.

Según el Índice de Destinos Globales Sustentables, existen cuatro grandes dimensiones que deben considerarse:

  1. Medioambiental
  2. Social
  3. Cadena de valor turística (hoteles, agencias, prestadores de servicios, proveedores)
  4. Gestión del destino

Entre los principales criterios que se evalúan en estos rubros destacan:

  • Buen manejo del agua
  • Bienestar ambiental y económico para la comunidad local
  • Gestión adecuada de residuos (reducir, reutilizar y reciclar)
  • Reducción de emisiones contaminantes
  • Disponibilidad de transporte verde
  • Accesibilidad para personas con discapacidad
  • Seguridad
  • Bajos niveles de corrupción
  • Diversidad, inclusión y equidad, entre otros factores.

También es fundamental contar con una política ambiental rigurosa en áreas naturales protegidas o patrimonio natural de la humanidad, como Sian Ka’an, el Santuario de Ballenas de El Vizcaíno, la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca o los arrecifes del Caribe mexicano.

Asimismo, debe promoverse la infraestructura sostenible en alojamientos y servicios turísticos, que incluya:

  • Captación de agua de lluvia
  • Sistemas de riego por goteo
  • Ventilación natural
  • Áreas verdes
  • Energías renovables (solar, eólica, conversión de residuos, energía de olas y sargazo)
  • Uso responsable del agua (por ejemplo, limitar el lavado de toallas)
  • Movilidad no contaminante (bicicletas, transporte eléctrico)

Además, debe asegurarse la protección de zonas de pesca y recreación, respetar las vedas y prohibir actividades como la cacería o la explotación de animales como atractivo turístico.

Una manera eficaz de educar al turista es mediante actividades responsables, como caminatas ecológicas o la liberación de tortugas marinas en Mazunte, Oaxaca, una vez que las crías han nacido.

También pueden incorporarse actividades de voluntariado como parte de la experiencia turística: recolección de basura en playas, plantación de árboles, etc. Otro elemento clave es establecer cuotas de visitantes autorizadas para evitar la sobrepoblación del destino y el deterioro de su entorno.

Un acierto adicional es el uso exclusivo de embarcaciones sin motor de gasolina en zonas sagradas o sensibles para la observación de fauna, como ballenas, flamencos o aves, a fin de no perturbar el ecosistema.

Es igualmente necesario reducir el uso de plásticos de un solo uso, especialmente en el sector restaurantero, y promover alternativas sostenibles para el servicio de alimentos en playas. También es deseable contar con espacios libres de humo, incluso en las zonas costeras, para evitar que las colillas contaminen los océanos.

La clave para lograr un turismo verdaderamente sustentable radica en reconciliar lo económico, lo comunitario, lo ambiental, lo cultural y lo turístico. Solo así se podrán generar experiencias responsables y de largo plazo para visitantes y comunidades por igual.

Para conocer más sobre la metodología del estudio, visita: www.gds.earth

 

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