Smartphones: Una puerta de acceso a la inclusión financiera
Las cifras no mienten: la Concanaco Servytur reporta que, en las campañas de descuentos más recientes, la categoría de electrónica acaparó hasta el 70% de la demanda, y los teléfonos celulares se posicionaron como el artículo estrella. Este fenómeno, lejos de responder únicamente al atractivo tecnológico, refleja una transformación más profunda: la del smartphone como herramienta de acceso e inclusión financiera.
Nicolás Schiaffino, VP & Country Manager de PayJoy en México, subraya que estos dispositivos han dejado de ser un simple canal de comunicación o entretenimiento. “Para millones de personas, contar con un teléfono inteligente representa la posibilidad de acceder a educación, servicios financieros, empleo y plataformas de pago, en un contexto donde la conectividad es la base de la vida económica moderna”, afirma.
Financiamiento con propósito: más allá del consumo estacional
El crecimiento del comercio electrónico ha impulsado también una evolución en las formas de pago. Según datos del sector, el 52% de las compras en línea se realizan mediante tarjetas de crédito, y un 30% en tienda física. A esto se suman métodos de pago diferido, uso de puntos y programas de bonificaciones que permiten distribuir el costo de manera más accesible.
En este nuevo entorno financiero, el modelo de financiamiento colateral cobra protagonismo. Plataformas como PayJoy permiten que personas sin historial crediticio puedan adquirir un smartphone mediante un esquema accesible, utilizando el mismo dispositivo como garantía.
“Cuando el crédito se utiliza con propósito para adquirir una herramienta que habilita oportunidades, deja de ser un pasivo y se convierte en un motor de crecimiento”, agrega Schiaffino. Esta visión encuentra respaldo en datos duros: el 55% de las madres trabajadoras que usan PayJoy reportan un incremento en sus ingresos tras adquirir un teléfono inteligente mediante este sistema.
Impacto en inclusión financiera: un motor para nuevos modelos de negocio
En México, solo uno de cada tres adultos tiene acceso a un crédito formal, lo que evidencia un terreno fértil para modelos alternativos de financiamiento. La adquisición de un smartphone bajo esquemas flexibles y bien diseñados se convierte así en una herramienta de transformación económica, especialmente para sectores subatendidos por la banca tradicional.
El smartphone, entonces, deja de ser un regalo de temporada para convertirse en una plataforma de acceso, conexión y progreso. Para las empresas que apuestan por soluciones de crédito con propósito, se abre también una nueva avenida de valor compartido: impulsar la inclusión desde la tecnología.
