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El primer jardín del mundo dentro de un metro está en la CDMX

En una ciudad que respira prisa y concreto, Luis Rebollar soñó con algo radical: sembrar vida donde solo había tránsito de personas y vagones. Así nació “Verde Subterránea”, el primer jardín instalado en una estación del metro de la Ciudad de México, una iniciativa que no solo embellece, sino que propone una nueva narrativa urbana: la del bienestar colectivo.

Metro sustentable
Juanacatlán es la primera estación del metro en contar con un jardín en su interior (imagen de cortesía).

“Pensé en los millones de personas que viajan cada día en el metro, en sus rostros, en su estrés. Imaginé cultivos verticales que no solo fueran bellos, sino que ofrecieran salud, oxígeno y alegría”, cuenta Rebollar, fundador de Te Quiero Verde mx, empresa pionera en agricultura urbana.

La estación Juanacatlán fue el punto de partida. Allí, entre rieles y concreto, se instaló un sistema de jardinería vertical con tecnología de riego automatizado, iluminación artificial y sustratos diseñados por expertos de la UNAM. “El mayor reto fue la oscuridad. Pero lo resolvimos con ingeniería agrícola y pasión”, afirma Rebollar.

El jardín no es solo verde: es cultural. Se prevé que los paneles vegetales se transformen en lienzos vivos para celebrar el Día de Muertos, la Navidad y otras expresiones locales. “Las plantas son nuestros pixeles”, dice el fundador, con una sonrisa que mezcla orgullo y urgencia.

Metro sustentable
En exteriores del sistema colectivo también hay paredes diseñadas por Te Quiero Verde.

Más allá de lo estético, el impacto ambiental es tangible. Las plantas consumen CO₂, liberan oxígeno y mejoran la humedad del ambiente, lo que puede aliviar síntomas como resequedad ocular y problemas respiratorios. “Es salud pública en forma de hojas”, resume Rebollar.

La visión de Te Quiero Verde va más allá del metro. “Este modelo puede replicarse en oficinas, hospitales, cualquier espacio sin luz solar. Es autónomo, sostenible y con garantía de más de 20 años”, asegura.

Para Rebollar, este proyecto es más que innovación: es redención. “Es una victoria. El inicio de un cambio que debimos haber hecho hace años. Pero ya empezamos el camino.”

Y como todo buen jardín, este también tiene planes de expansión. Las líneas 1 y 2 del metro podrían ser las siguientes en florecer. Solo falta que la ciudad aprenda a cuidar lo que brota de su propio subsuelo y demostrar que esta primer estación verde puede ser un caso de éxito.

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